Ya era hora de probar algo nuevo con mi pareja y el resultado fue mejor de lo que esperaba
Cada vez que la excitación estaba a flor de piel, el deseo nos consumía ferozmente, lo hacíamos salvaje: Gemidos, caricias, cambio de roles; pero llegó un punto donde repetirlo constantemente por “innovar”, el camino hacia nuestro deleite se reducía.
Mientras antes durábamos horas haciéndolo, disfrutando de cada momento, ahora el sexo duraba cada vez menos
Así que, para quitarnos esa pesadez y monotonía, decidimos investigar y probar otra manera distinta de disfrutar la ocasión, descubrimos que un tercero puede unirse a nuestra relación y tener sexo con mi pareja, pero mi única participación era ver.
Ambos estuvimos de acuerdo, ahora que ya sabíamos de qué se trataba, ahora es ¿Quién se nos uniría? Estuve buscando entre mis amigos a alguien que pudiera encajar, alguien que nos llamara la atención por igual; hace mucho no lo veía, pero de seguro le podía gustar la idea.
Su nombre era Pablo, vivía en la costa, y quedaba más o menos distanciados de nosotros, así que emprendimos viaje en carretera y fuimos a por él.
Cayó la noche y nos recibió en su piso:
- ¿Qué tal Emilio? Cuanto tiempo sin verte – Dijo con una sonrisa de oreja a oreja – Su apariencia era juvenil, alto, fornido, moreno y con barba.
- ¿Verdad que sí?, Pasa, estás en tu casa – Procedí a decir mientras miraba a mi novia salir del coche
En su sala decidimos tomarnos una bebida que tuviera feromonas, para excitarnos y estar listos para el acto; después nos metimos a su habitación y dentro de ella estaba un balcón y un gran ventanal hacia la playa y otros apartamentos alrededor de el de él, mientras mi esposa se desvestía decidí abrir más las persianas y abrir la puerta, “Entre más estemos acompañados mejor”, refiriéndome a la vista de las personas que pudieran ver por la ventana.
Mientras gemía, mi amigo la embestía más rápido, mientras se la sacaba y se la metía pude ver que la química de ellos era increíble, mientras él le besaba el cuello, bajé mis pantalones y erecto estaba, y más la emoción aumentaba.
Se cambió de posición, y ahora ella estaba arriba, rebotando cada vez más fuerte, él procedió a agarrarla de la cintura y comenzar a besarla, la adrenalina fue tanta que mi esposa gemía cada vez duro, y Pablo le daba sin parar, lo que ocasionó que se llegasen, y luego a besarse, el momento justo para eyacular
- Qué polvo tan rico – Dijo mi novia con el pelo alborotado mientras se lo acomodaba aun estando sobre él
- Cuídela, es buena en la cama – Dijo pablo sonriendo y quitándose el sudor de su frente.
- La pasé delicioso, qué escena tan excitante – Lo pronuncié mientras me acomodaba el pantalón
Ya eran las 5:00 AM y tenía ganas de cogerme a mi novia en el coche, comencé el día con el pie derecho, porque también ella estaba con ganas, entre besos, caricias y gemidos, los vidrios se empañaron y luego de eso, emprendimos viaje a nuestra casa.